sábado, 25 de julio de 2020

La Cantabria de Revilla

   Nuestra primera visita a Cantabria empieza en el Parque Natural de Cabárceno: en un entorno espectacular lleno de animales en semilibertad. Al Parque se puede acceder por dos entradas, en una de ellas hay autocaravanas y furgonetas aparcadas, suponemos que familias que pasan la noche allí antes de entrar al parque. El sitio es muy bonito: tiene un lago, zona de cesped, hay contenedores y la policia pasa por allí sólo para vigilar, sin decir nada. Nos gustó tanto el sitio y el ambiente que decidimos pasar dos noches allí, la anterior a la visita al parque y la del mismo día.

Os dejamos el enlace con la info del Parque:  https://www.parquedecabarceno.com/inicio

Aunque todo está preparado para realizar la visita en coche, nosotros decidimos hacerla en bici (ya os avisamos que hay que estar en forma, se sufre y se disfruta muchísimo). La ventaja es que pudimos disfrutar de cerca de los animales que se asustan con el ruido de los coches.








Continuamos nuestro viaje visitando Santader, decidimos dar un paseo en bici por el Sardinero, paseo marítimo del que se disfruta de las vistas a la playa, y visitamos lo más carasterístico de la ciudad: El Palacio de la Magadalena, el Centro Botín, la Catedral, el ayuntamiento,...
 
En los alrededores del Palacio de la Magdalena hay un pequeño zoo y nos sorprendió encontrarnos pinguinos, sí, pinguinos! Cada día van cuidadores a darles de comer, y tambíen a las focas marinas que viven allí.
 La idea era visitar Santoña, pero una vez que llegamos allí nos desbordó el ambiente: muchísimas gente por todas parte!! Entendemos que sería como Mojácar en Almería, antes del Coronavirus!
 
Seguimos dirección al País Vasco, dejando atrás Cantabria: nos llevamos el recuerdo de esos paisajes verdes, sin duda, volveremos!

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